domingo, 20 de octubre de 2013

Superhéroe

Hoy cumple años un superhéroe. Mi superhéroe. Y las felicitaciones son más que merecidas, porque no ha sido nada fácil llegar a este día. Como superhéroe que es, ha tenido que librar muchísimas batallas. Nunca jamás se ha escondido, y ha estado presente cuando se le ha necesitado. En estas batallas ha superado a todo cuanto ha intentado acabar con él. Incluida la muerte, a la que sin titubear ha mirado de frente, a los ojos, más de una vez, y ésta ha salido despavorida. Como superhéroe que es, nunca ha tenido miedo de nada ni de nadie. Siempre ha ido hacia adelante, victorioso. Y la última batalla en la que está enfrascado no iba a ser menos.

Lleva más de cuatro años peleando, levantándose cada día preparado para la batalla. Jamás se rinde. Ni se rendirá. A pesar de todos los problemas, afronta el día a día con naturalidad. Y eso se lo permiten sus superpoderes. La lista de éstos es interminable, pero entre ellos caben destacar una implacable fuerza interior, un corazón del que con cada latido se destila el puro e infinito amor que siente por su familia, una sonrisa perpetua dibujada en su rostro, una inconmensurable capacidad de enterrar lo malo de cualquier situación, y sacar y aprovechar lo bueno, haciéndolo incluso mejor, y luego dándotelo. Destacar también su capacidad de acudir al rescate. Si lo necesitas, ahí estará para brindarte su ayuda, sin pensárselo, y entregándose en cuerpo y alma. O su laboriosidad, que lo hace ser un trabajador incansable. Es además el mejor profesor de la vida que se puede tener, pues de él he aprendido mucho. Y sigo aprendiendo. Es sobresaliente también su eterna dedicación a hacer feliz a los que están a su alrededor, y lo consigue con cosas tan simples como hacerte el desayuno, llevarte a dar un paseo a la ría o darte una lección de sabiduría, contándote algo que tú no sabes pero él sí. Porque si este superhéroe tiene algo que le sobra, es cultura. Se ha alimentado de libros, bebiéndolos y devorándolos durante mucho tiempo. Y sigue haciéndolo. Ha vivido mucho y variado. Aquí y allí. Y eso se nota, ya que vive con mucha tranquilidad y entereza, cualidades ambas propias de quien lo sabe casi todo en la vida. Aunque a mí me da la impresión de que lo sabe absolutamente todo. Expresa muy bien sus sentimientos más cálidos, y da besos, promulga te quieros, abraza, estrecha manos, siempre agradece y aprecia la educación en las personas, y es un amigo cercano, confidente, fiel, que sabe escuchar y dar buenos consejos. Pero como clásico superhéroe, no es muy dado a expresar sus sentimientos más feroces, aunque no por eso está exento de ellos, y también se emociona, llora, extraña a gente, se preocupa, sufre. Y siempre se sobrepone a ellos. Y como buen superhéroe, siempre vence. Siempre.


Yo intento parecerme a él. A veces pienso qué haría él en tal o cual situación. Qué pensaría, qué pasos daría, cómo lo afrontaría. Y actúo en consecuencia a ello. Y sé que aunque todavía me queda mucho por conseguir para llegar a ser siquiera sea una décima parte de él, yo espero conseguirlo algún día.


Hoy cumple años un superhéroe. Mi superhéroe. El único en el que realmente creo.

Mi padre.

Felicidades.


Te quiero.