viernes, 18 de mayo de 2007

Versión

No es que en este último mes y una semana la creatividad con los vocablos haya estado descansando, y ni mucho menos ha desaparecido. Sólo por tus ojos soy capaz de hacer correr ríos de tinta. Y no hablemos de tus besos... No te preocupes, pronto te llegarán más líneas escritas desde el centro de mi amor, sí, desde mi centro hasta el tuyo. Será apoteósico tu rostro al leerlas. Y qué mejor que, como cantante empezando, hacerte una versión de algo ya hecho. Yo he elegido esto, de Jaime Sabines.

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos obscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

Jaime Sabines



Te echo de menos mi amor.

3 comentarios:

Rodavlas dijo...

Sé perfectamente que no has estado "descansado"... pero si decirte que no te duermas en los laureles a la hora de escribir un texto ni de comentar... puesto que tus palabras son importantes...

invitame a Romerijo cabr*n ¡¡

Fátima y Javi dijo...

Me han gustado mucho los versos de Jaime Sabines, al que no conocía (creo) de nada. Me parece un poema o una canción extraordinarios.

Me han recordado bastante a la poesía de Pedro Salinas, que también juega mucho con los pronombres ("tú, yo, nosotros")y con los verbos pronominales ("morirnos, amarnos"). Por eso, si no lo has hecho ya, te recomiendo encarecidamente la lectura de "La voz a ti debida", primero, y "Razón de amor", después. Son dos poemarios de amor excelentes, y seguro que te entusiasman.

Y entiendo perfectamente ese "silencio creador" y fecundo del que hablas: no siempre crear es escribir. Hay que tener tiempos de crecimiento "por dentro", para que después sean agudas las palabras "por fuera".

A este respecto recuerdo la frase (que le leí por cierto a Joseph Ratzinger en otro contexto) de Ida Frederike Görres en la que dice que «en invierno crece el pan». Y es que es así: el trigo crece bajo la nieve y la escarcha "por dentro", para dar doradas espigas "por fuera" después.

Como diría Miguel d'Ors (al que también te recomiendo), "sólo en el silencio germinan las palabras luminosas".

¡Que el silencio sea fructífero!

(¿Te ha gustado mi comentario? ¡Un abrazo monstruo!).

Anónimo dijo...

buuff... tengo típico día tonto... leo lo k has escrito... y se ha vuelto aún más tonto!!

Me gusta que sigas escribiendo y k yo en mis ratitos pueda leer esas cosas tan bonits k escribes:) ya sabes...tp nos hagas esperar tanto eh??jeje
un besito niño!

--dau--