lunes, 21 de febrero de 2011

Porque estoy ávido de ti

Estoy ávido de ti.

Porque quiero una proposición para dar un paseo. Porque quiero enfadarme porque no llegas a tu hora. Porque quiero ese beso de bienvenida, tanto darlo como recibirlo, y que se me quite el enfado al ver que has tardado para poder ponerte tan guapa. Porque quiero dar ese paseo. Porque quiero sostener tu mano mientras paseamos. Porque quiero esa charla, desenfadada, alegre, que parece ser tan superflua pero que en realidad es pura sinceridad y cariño. Porque quiero esa risa en mitad de la charla. Porque quiero tus ojos brillantes que me escuchen. Porque quiero tu abrazo en mitad del paseo, que es verdadero por espontáneo. Porque quiero tu risa risueña que se ría y sonría. Porque quiero un banco donde sentarnos y besarnos. Porque quiero ver desde ese banco, en silencio y cogidos suave pero confiadamente de la mano, el anochecer más bonito del mundo, que no es otro que el de ese mismo día, y que es el más bonito por estar contigo. Porque quiero tu susurro que no busca más que una sonrisa fundida en más besos. Porque quiero acariciarte la carita, dándote nada más que una muestra de la ternura que despiertas en mí. Porque quiero sentir cómo me toca tu ilusión de estar junto a mí. Porque quiero que escuches mis ganas de ti a través de mis miradas. Porque quiero volver a casa otra vez de la mano contigo, con otro abrazo, con más cotidianidad hablada, y con más besos. Y con otro banco, por qué no. Y las risas que no falten, por favor. Ni las sonrisas. Porque quiero llegar a tu portal, un poco más tarde de lo que acordamos en un principio, y darte un beso. Porque quiero decirte hasta mañana, y que mañana te llamaré. Porque quiero que cuando entres en tu portal, ya sola, a mitad del camino mires hacia atrás y sonrías, mientras yo te sonrío a través del cristal y te despido con la mano. Porque quiero sentirme afortunado y feliz mientras vuelvo a casa, ya solo, y a mitad del camino mirar a tu portal, y sonreír, aunque tú ya no estés allí para responderme. Porque quiero esa noche dormirme pensando solamente en que nazca un nuevo día sólo para volverte ver. Porque una vez despierto, quiero llamarte para dar un paseo...

Porque estoy ávido de ti. No sé quién serás. Quizás aún no te conozco. O puede que ya te conozca. Yo lo único que sé es que estoy ávido de ti. Y tengo guardadas muchas cosas para ti.

http://www.youtube.com/watch?v=w6NwGXcCO88

"Pero es que a la primera persona que me ayude a sentir otra vez
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe,
aunque si no eres la persona que soñaba para qué
(¿qué voy a hacer? nada)."

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