martes, 12 de diciembre de 2006

La muerte le ganó a la justicia o El Día de los Derechos Humanos

Por más que florezcan las canas sobre tu cielo,
quien hijo de puta nace, hijo puta se muere.
Y aunque muchos aseguren que nunca has roto un plato,
un río de cruces corre por tus zapatos.

Yo sé que te pone cachondo oler la sangre.
Sé muy bien que coleccionas criaturas y padres,
porque igual que tú en España había un gallego
que nos tuvo medio siglo cogiditos por los huevos.

Ya eres viejo y sin embargo aún das miedo
cuando te pones la gorra y el uniforme.

Un ejemplo de constancia para los nuevos,
los futuros licenciados en dictadores.

No tendrás la extradicción, y a Santiago volverás.
Pero no pidas perdón, ojalá, ojalá, ojalá.

Ojalá fueras eterno, ojalá lo fueras siempre.
Ojalá no haya un momento
sin tener remordimiento
por matar a tanta gente.

Ojalá que por las noches
se te crucen en tus sueños
esos ojos que arrancaste,
las almas que mutilaste.

Y los que nunca volvieron.

Ojalá maldito loco esta vida sea tu infierno,
y hasta a los mismos gusanos les de asco de tu cuerpo.

Vive cabrón, vive y disfruta,
porque el día que te pudras
bailaremos en tu tumba
nosotros y nuestros muertos.


Antonio Martínez Ares

1 comentario:

cjp dijo...

hijos de puta nunca olvidados, al diablo nunca se le olvida,estos han sido diablos en vida que han repartido infierno, les toca sufrir por las vidas que no dejaron vivir.